En Ensenya´m, desde hace varios años contamos con la figura del logopeda, en concreto trabajamos con VEUS pero aun contando con su presencia, tenemos muchas dudas en el desarrollo del lenguaje, si es normal que a los dos años no hablen, cuándo deben aparecer los primeros balbuceos, cuándo necesitamos llevar a nuestros niños al logopeda,… y esperamos despejaros las dudas en este post.
El desarrollo del lenguaje es distinto de unos niños a otros, ya que unos necesitan más tiempo para madurar el lenguaje, y otros menos, pero si existen unas etapas comunes en ellos, que son:
- cuarto y quinto mes: empiezan a emitir sonidos.
- seis meses: casi todos los bebés balbucean sus primeras sílabas. Esto les ayuda a memorizar su lengua materna. En esta etapa los niños todavía no son capaces de comprender lo que se le está diciendo, pero si son capaces de imitar los sonidos que escuchan.
- sexto y el octavo mes: comienza la fase de la lalación, que se caracterizada porque el niño emite sus primeras sílabas: ba, ta, la, pa, ma.
- diez meses: empiezan a pronunciar sus primeras palabras: “papa” y “mama”, sin conocer su auténtico significado.
- once y doce meses: ya asocian el significado a la palabra, pero también pueden inventar palabras a las que dan un significado concreto, como guau-guau que puede ser perro, brum, que puede ser coche,…
- dieciocho meses: debe tener unas diez palabras en su vocabulario, e incluso decir frases cortas con sentido completo.
- dos años-dos años y medio: ya es capaz de tener un diálogo sencillo y de contestar correctamente a las preguntas que se le hacen.
Pero,…¿qué señales de alarma debemos de atender? ¿Cómo se pueden detectar? ¿Cuándo empiezan a aparecer?
Detectar la existencia de algún trastorno no es fácil. Según los logopedas existen cuatro tipos de trastornos del habla infantil:
• no entiende una frase.
• produce pocos sonidos.
• produce muchos sonidos, pero no sabe usar palabras.
• no es capaz de expresar una frase simple de forma correcta.
Normalmente, los errores, al principio, son los mismos en todos los niños, pero cuando ya existe un trastorno del lenguaje, los errores son diferentes entre un niño y otro.
Y lo importante en este caso es el control parental. Ya que es importante que éstos lo observen y ante la duda acudan a los profesionales.
En el primer año las señales de alarma son:
- que el niño tenga una voz monótona y con poca entonación.
- la capacidad de producción es pobre y sólo usa un sonido para decir todas las palabras.
- no escucha y no se gira cuando alguien le habla o llama.
- no usa gestos con intención comunicativa.
En el segundo año:
- tiene dificultad para entender lo que se le pide.
- dice pocas palabras.
- tiene dificultad para combinar dos palabras juntas.
- parece desinteresado en el trato con los demás.
En el tercer y cuarto año:
- escucha poco y le cuesta entender el significado de oraciones largas.
- reemplaza las palabras con gestos.
- tiene dificultades en la producción y combinación de los sonidos. Solamente la familia lo entiende.
- en las frases omite verbos, artículos y preposiciones.
¿Qué hacer si existe sospecha por parte de los padres?
Lo primero y más importante es contactar con el pediatra, que será el encargado de indicar si es preciso que el niño acuda a un logopeda infantil.
Pero si seguimos empeñados en que el niño tiene dificultades, y no nos quedamos tranquilos con la frase de “tranquilo, ya hablará, ahora es pequeño,…”, podemos acudir a un logopeda, para que sea este profesional el que valore a nuestro niño.