Como vimos en el otro post, el divorcio es una situación de estrés para toda la familia, por lo que debemos de ayudar al niño a afrontar de una manera adecuada la situación.
Muchos niños sienten el haber perdido el tipo de familia clásica, echando de menos al padre que ya no está en casa, el día a día,…Por eso es normal que mantengan la esperanza de que volverá a casa, que todo volverá a ser como era antes, aunque le hayáis explicado que no, que el cambio es para siempre.
En este caso, los niños necesitan tiempo. Con el tiempo, tanto ellos como vosotros, os adaptareis a la nueva situación. Lo que debéis hacer es tranquilizar al niño, diciéndole que es normal que al principio piense que vais a volver, pero explicarle que no, que la decisión la habéis tomado los dos y para siempre.
Porque las discusiones familiares entre padres son normales en cualquier familia, pero no lo es el vivir en un constante clima de enfados y riñas, porque eso carga el nivel emocional de los niños. Los niños que presencian este tipo de conflictos, aprenden ese modelo familiar, el cual no es apropiado para relacionarse con los demás, además de posteriormente, presentar dificultades emocionales y de comportamiento.
También puede ser que se sientan “raros”, que estén más nerviosos, pero que no se pan como expresarlo. En este caso, ayúdales a poner palabras a esos sentimientos. “Parece que estás triste, ¿sabes qué es lo que te pone tan triste?”. Escucha lo que te diga, aunque te resulte difícil y duro lo que te está diciendo.
Así mismo, frases como “sé que ahora estás triste” o “sé que te sientes solo sin papá” le ayudarán a saber que sus sentimientos son válidos. Es importante animarle a sacar sus sentimientos, a contar como se siente. Pero también que esté contento, aliviado,…
Dale tu apoyo “¿qué puedo hacer para que te sientas mejor?”. Si no se le ocurre nada, dale tu las opciones: sentarnos juntos a leer, dar un paseo, abrazarnos,…, llamar por teléfono a papá, hacerle un dibujo a mamá,…
Y aunque sea difícil en este momento, hay que buscar una manera de estar sano, de enfrentarse al estrés, tanto a nivel físico como emocional, para poder ayudar a los niños.
Intentar relacionaros de la mejor manera posible, sobretodo cuando estén delante, o cerca, los hijos. Cambiando la actitud por otra más apropiada, sin culpar ni recriminar nada que el niño pueda oir. Aunque puede ser difícil, si los dos padres hacéis un esfuerzo por colaborar, el niño no sufrirá tanto.
Y si te sientes solo, busca ayuda. No es apropiado que en estos momentos estés solo. Habla con personas que han pasado por una situación similar, pide ayuda a tu médico de cabecera,…
El apoyo de un psicólogo en estos momentos, tanto para ti como para tu hijo, os ayudará a establecer mantener una separación más llevadera. Ya que no es adecuado que el niño te preste apoyo emocional cuando lo necesites. Aunque a ellos les gusta complacer a sus padres, y lo intentarán, dejándote, si son mayores, su hombro para que llores, no lo hagas. Ellos no son lo que tu necesitas.
Explícale que lo valoras mucho, que te gusta que se preocupe por tí, pero que no te vas a desahogar con él.
¿Por qué es importante en los niños que se mantenga la rutina?
El mantener la rutina va a ayudarle a tener la sensación de que no ha cambiado todo. Por lo que en la medida de lo posible, es muy importante modificar lo mínimo posible los horarios, las actividades,… Así como el tener unos horarios de visita establecidos.
El que no hayan cambios repentinos va a favorecer a que los niños estén más tranquilos y contentos, sin tanta ansiedad y estrés.
Aunque no se cambie la rutina, es importante estar atentos a los cambios de comportamiento que pueda sufrir como estar más triste, más nervioso, cambios de humor, las dificultades en la escuela, con los amigos, en el apetito o el sueño, que pueden indicar la presencia de problemas.
Por lo tanto, si te preguntas ¿se está comportando de una forma diferente a la habitual? ¿Está adoptando conductas regresivas como chuparse el dedo o mojar la cama? ¿Parece que sus emociones interfieren en sus rutinas cotidianas, como los estudios y su vida social? Pide ayuda a un profesional.
Los mayores y adolescentes pueden ser más proclives a iniciarse en conductas peligrosas, como el consumo de alcohol y drogas, faltar a la escuela y el comportamiento desafiante.
¿Y cómo se adaptan los niños a esta nueva situación?
Todas las adaptaciones cuestan, por lo que se deberían de hacer de forma gradual.
Estas nuevas situaciones pueden ser:
- Uno de los padres tiene la custodia total.
- Custodia compartida.
¿Qué le conviene más a mi hijo?
Hay niños que se adaptan muy bien a la custodia compartida, a compartir el mismo tiempo con los dos padres, otros necesitan tener una misma habitación, una misma figura diaria de referencia,… Por lo que va a depender mucho de la relación de los padres y los hijos.
Pero se elija lo que se elija, debe priorizarse las necesidades del niño, y no empezar una guerra por ello, siempre pensando que es lo que más le conviene al niño.
Por eso, hay que recordar:
- buscar ayuda para afrontar sus propios sentimientos sobre el divorcio.
- Tener paciencia consigo mismo y con sus hijos.
- Reconocer los síntomas del estrés.
- Nunca desacreditar a tu ex pareja delante de sus hijos, ya que ellos se sienten en el medio y con la crítica puede dañarse su autoestima.
- No utilizar a tus hijos como mensajeros entre vosotros.
- Tranquiliza a tus hijos haciéndoles entender que ellos no tienen ninguna responsabilidad en la separación.
- Haz todo lo posible por facilitar las visitas.
- No traslades los enfados a tus hijos.
- No realices demasiados cambios en la vida de tus hijos.