Aquí os dejo un artículo sobre la última escuela de padres que dimos en una escuela infantil, que va dirigida a las normas y límites, a cómo ponerlas, cuándo ponerlas,…, ya que son muchos los padres que acuden a consulta por estas dudas, sobretodo preguntándose si lo están haciendo bien o no, cuándo es el momento ideal para empezar para poner normas en casa,… Esperamos que os sea de ayuda.
Para empezar con las normas, es importante saber que las queremos usar para contrarrestar la desobediencia, que es, ni más ni menos, que la negativa para iniciar o completar una orden realizada por otra persona en un determinado tiempo. Puede que no respondan a la petición, que no realicen la conducta que se les ha pedido o realizar las conductas que tiene prohibidas. Es lo que muchos padres nos definen como “hablar con la pared”.
Las normas son necesarias para aprender hábitos y conductas adecuadas a su edad, desarrollar los sentimientos de autonomía y seguridad, y desarrollar el autocontrol y autorregulación.
Los límites son necesarios para que el niño se sienta seguro y protegido; que vea que los padres son fuertes y consistentes, y trabajan en equipo; le ayudan a tener claros determinados criterios sobre las cosas; le enseñan a que debe renunciar a veces, que debe aceptar el no; aprender valores como el orden, el respeto y la tolerancia.
Y entonces se preguntan ¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA QUE SEA MÁS OBEDIENTE? Poner normas claras y bien definidas. Las normas son necesarias para poder funcionar en casa, para enseñarles lo que está bien y lo que está mal, y lo aprenden mediante premios (darle algo que les gusta) y castigos (quitarles algo que les gusta).
Es un proceso, por lo tanto se puede aprender, pero siempre que hayamos empezado desde pequeños, acompañándoles para que cumplan lo que les hemos pedido, por ejemplo cuando les pedimos que recojan los juguetes no podemos esperar que lo hagan el primer día a la primera, pero si desde el principio hemos estado con ellos, ayudándoles a meter en la caja los juguetes cuando hemos terminado de jugar, felicitándoles cuando han acabado de guardar y, poco a poco, vamos retirando la ayuda, cuando estén preparados y les digamos que recojan, lo harán. Ya que la disciplina consiste en eso, en guiar, acompañar y ayudar a ser mejores.
¿CÓMO PONEMOS LAS NORMAS EN CASA?
Hay que adecuar las normas a las edades de l@s niñ@s.
Los tres primeros años están dirigidos a adquirir hábitos y rutinas, sobretodo los de sueño y alimentación. Antes del primer año sólo atiende al tono voz y los gestos que les hacemos; a partir primer año aparece la frase “ESO NO SE TOCA”, donde hay que mantenernos firmes, porque es en estos momentos donde empiezan a aprender que hay unos límites; en los 18 meses, hay que darles órdenes concretas, siendo constante y firmes.
A los 2 años aparecen las terribles rabietas debido a que quieren más autonomía, tienen más conciencia de sí mismo y mayor vocabulario, por lo que quieren marcar ellos los límites de sus conductas.
Cuando llegan los tres años ya asocian ordenes con la respuesta, es decir, que lo que se les pide lleva asociado una conducta que ellos realizan, y eso tiene unas consecuencias..
Y es a partir de los 6 años cuando se ven los resultados.
Pero son difíciles de poner y mantener, porque muchas veces no queremos decirles “no” porque no les vemos en todo el día, o porque acabamos de llegar del trabajo y estamos cansados y no queremos discutir con ellos; porque no queremos ser demasiado autoritarios; por el miedo al conflicto con ellos; por compensar el poco tiempo que pasamos con ellos,… pero de esta manera no les estamos ayudando, al contrario. Lo que debemos hacer en esos casos, y es necesario, es reforzar el comportamiento positivo.
Por lo que no hay que olvidar que el NO también enseña. Enseña que hay unos límites, uno padres que actuamos con firmeza, una autodisciplina, les aporta seguridad. Y para ello os recomiendo el libro de María Jesús Alava Reyes de “El no también ayuda a crecer”.
Pero también debemos estar preparados para ciertas DIFICULTADES que se nos pueden presentar, como pueden ser:
– conflicto padres-hijos, ya que ellos van a intentar hacer lo que ellos quieran, saltándose las normas que nosotros les hemos dicho.
– insultos y malas contestaciones ya que no les dejamos hacer lo que ellos quieren. Al principio cuando son pequeños, aparecen las rabietas. Pero en esos casos lo que no hay que hacer es responderle con gritos e insultos, si no que hay que estar tranquilos y decirle cómo hacerlo de otra manera, avisarle de lo que va a ocurrir, darle un tiempo de reflexión, retomar el contacto, reforzar y vuelta a empezar. Si mantenemos la calma es menos probable que continúe y se mantenga la rabieta.
– coordinarse los padres, para que ellos vean que somos un equipo y no le pidan a uno lo que el otro ha dicho que no. Para ello recomiendo que antes de empezar a poner normas en casa, los papas os sentéis y tengáis una reunión para poneros de acuerdo sobre lo que queréis conseguir y dónde están los límites de cada uno, ya que también puede ser que cada uno se ocupe de un momento del día o de una conducta, por ejemplo, de comer sentado la mamá, que puede ignorar más y de recoger los juguetes el papa que tiene más paciencia para ello, si es el caso en cada casa.
– cumplir órdenes una vez dadas. Hay que recordar lo que se dice y con lo que se castiga, ya que hay que cumplirlo, porque si no los niños lo que aprenden es que les decimos las cosas, las consecuencias negativas que van a tener, pero que nunca les pasa nada, por lo que la conducta no cambiará, no obtendremos los resultados que esperamos.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA QUE ESTO FUNCIONE?
* listados.
* horarios.
* historias sociales.
* no sean excesivas.
* tener constancia.
* ser coherentes.
* deben ser pocas.
* que las normas sean adecuadas a su edad.
* los padres deben andar juntos.
* formularse de manera positiva, corta y de uno en uno.
* desaprobar la conducta, no al niño.
* ser consistentes, empezando por mantener rutinas y horarios.
¿Y QUÉ HACER PARA DISMINUIR LAS CONDUCTAS NO DESEADAS?
Esto os lo contaré más detalladamente en otra escuela de padres, pero para que tengáis unas nociones.
1- RETIRAR LA ATENCIÓN: no hacerle caso y mantenerse firme. Si no estás presente para ser testigo de la rabieta, esta acabará.
2- DESVIAR LA ATENCIÓN: distraerle con otra actividad.
3- TIEMPO FUERA: privar al niñ@ de la posibilidad de obtener refuerzo, aislándole, durante un período corto de tiempo, de personas, actividades,…
4- CASTIGO: aparición de consecuencias desagradables o la retirada de un privilegio. Para conductas perjudiciales para él o los demás. Pude ser social, material, de actividad, canjeables,…
5- EXTINCIÓN: es lenta y no tiene un efecto inmediato pero los resultados son duraderos. Combinarlo con reforzamiento positivo de la conducta alternativa deseable.
¿QUÉ TÉCNICAS USAR PARA ENSEÑAR CONDUCTAS?
1- REFUERZO POSITIVO: reforzar las conductas que realice el niño y que queramos instaurar.
2- TÉCNICA PREMARCK: asociar una actividad desagradable con una agradable, para que actué como reforzador y aumente su probabilidad de repetirse en un futuro.
3- APRENDIZAJE POR OBSERVACIÓN/MODELADO: buscar modelos que le muestren las conductas adecuadas.
4- ENCADENAMIENTO: descomponer las conductas complejas en otras más sencillas. 5- ECONOMÍA DE FICHAS.
6- CONTRATOS CONDUCTUALES.
7– DAR AUTONOMIA: creando niños más seguros, capaces, felices, tranquilos, responsables,…, les enseñamos a valerse por si mismos y les damos seguridad.