Lo primero para sa
ber cómo actuar con l@s niñ@s en medio de la noche cuando se ponen a llorar es saber si es pesadilla o terror nocturno, ya que dependiendo de lo que sea, actuaremos de una manera u otra.
¿Cómo diferencio terror nocturno de pesadilla?
Los terrores nocturnos son alteraciones del sueño donde el niño se sienta, llora, grita, habla/balbucea, puede que tenga los ojos abiertos, pero no está realmente despierto, sino que está en una zona entre el sueño y la vigilia, no siendo consciente de que los padres están ahí, por lo que, muy probablemente tampoco nos responda a lo que le decimos o hacemos. Son episodios de miedo muy intenso que no están relacionados con ningún suceso ocurrido durante el día. Estos episodios pueden durar desde pocos minutos a una hora, y cuando acaba, el niño se vuelve a dormir plácidamente, sin recordar nada al día siguiente, y son más comunes en niños pequeños, entre los dos años y medio y los seis. También es interesante saber que estos terrores son menos frecuentes que las pesadillas.
¿Y qué debo hacer si mi hij@ tiene un terror nocturno? Es nulo el tratar de despertarlo, ya que es imposible, y nuestros esfuerzos por consolarles suelen ser rechazados, pudiendo ser peor si tratamos de cogerlos, porque ellos siguen soñando, no intentes controlarlo físicamente, a no ser que se pueda hacer daño de verdad. Hay que hablarle de manera calmada, estar junto a él, por si se pudiera hacer daño en algún momento, y esperar a que el episodio acabe.
¿Se pueden evitar los terrores nocturnos? No, la respuesta es no, ya que no se sabe lo que lo ocasiona. Lo que dicen los expertos es que pueden ser debidos a patrones de sueño alterados, a que no existe una rutina del mismo, por lo que si podemos crear este hábito, como por ejemplo, que siempre se vaya a dormir a la misma hora, que no juegue a la Tablet, consola,…, antes de irse a dormir y que duerma las horas suficientes, podría ser bastante para prevenir los terrores nocturnos.
Las pesadillas son “sueños feos”. Pueden durar unos 10-15 minutos y so frecuentes entre los 2 y 4 años, cuando aún no pueden distinguir entre realidad y ficción. Se dan durante la fase del sueño en la que hay movimientos oculares rápidos, estando el niño realmente despierto y aterrado y llora hasta que sus padres lo claman. Y al estar despierto al día siguiente puede recordar el sueño, hablar de él y sentirse reconfortado por nuestra presencia.
¿Qué causa las pesadillas? Las pesadillas son expresiones de angustia que han sufrido los pequeños durante el día, por ejemplo porque se han peleado con un amigo, se han asustado por la calle,…
¿Y qué hago si tiene una pesadilla? Lo primero que debemos hacer y que él nos pedirá va a ser calmarlo, tranquilizarlo, hablándole lentamente, dándole seguridad, haciéndole ver que es un sueño, por lo que las palabras son importantes, no quitándole importancia a lo que acaba de vivir, ya que son sueños y se deben tomar en serio.
También nos podemos quedar con ellos hasta que se vuelvan a dormir, ya que esta conducta les suele asustar, ya que piensan que van a volver a tener el “sueño malo” anterior.
Al día siguiente podemos hablar de la pesadilla y crearle, si el miedo es recurrente, con su ayuda o no, un cuento sobre ese miedo, donde un niño como él sea el protagonista y se enfrente a ese miedo, para de este modo ayudarle, dándole las herramientas necesarias para poderse enfrentar por la noche.
¿Cuándo debo de pedir ayuda a los profesionales?
Hay que acudir al pediatra si el niño presenta convulsiones o rigidez durante el episodio, dura más de 30 minutos y no disminuyen, si no que pueden incluso empeorar. También se puede pedir ayuda a los psicólogos para poner fin a esas pesadillas a través de cuentos, que es como lo hacemos en Ensenya´m personalizados a cada niño y pesadilla, por lo que si os encontráis en esta situación, no dudéis en venir a pedirnos ayuda y entre todos lo solucionaremos.
Dentro de poco también pondremos un post con algún ejemplo de estos cuentos.